Arrantzales del pesquero Itsas Eder descargan anchoa,en el puerto de Hondarribia. Foto Noticias de Gipuzkoa |
La Campaña de la anchoa
2013 en el golfo de Vizcaya, que
realizan las embarcaciones al cerco de
la Flota de Bajura de la cornisa cantábrica está en pleno apogeo y con buenas
capturas. Es el momento oportuno para degustarlas tanto en
fresco (ver el anterior “post”) como en conserva.
Antiguamente no había ni congeladores ni frigoríficos para conservar el pescado, en la cornisa cantábrica la conservación en sal o salazón era una forma
habitual de hacerlo, hoy es de sobra conocido el “bacalao salado” que junto a las humildes “sardin –zaharrak” son testigo de aquellas prácticas. Prácticas que
se realizaban artesanalmente pero de forma muy rudimentaria. Con otros pescados, principalmente con el besugo y el bonito era más empleada la técnica de conservación, previo
cocinado, en vinagre llamada escabeche. La anchoa , en aquel tiempo,
era un pescado poco apreciado que apenas se capturaba, y que, en última
instancia, se utilizaba como cebo para pescar otros más como el besugo.
En la costa mediterránea
desde Grecia hasta la península Ibérica pasando por Italia y Francia, en cambio,
la tradición salazonera en la anchoa es milenaria, su técnica
consiste en aunar las propiedades de la sal con las del aceite de oliva. A
finales del S.XIX atraídos por la calidad de nuestra anchoa se asentaron a lo largo de la cornisa cantábrica los “salatari”,
técnicos salazoneros italianos, quienes primeramente la compraban para
abastecer sus propios mercados, para
posteriormente establecerse y crear una revolucionaria industria, que
además de crear nuevos oficios consiguió evolucionar y modernizar el mundo de
la pesca, la de las “Anchoas en aceite”.
Fabrica de conservas Villarás. Santoña 1932 |
Asimismo desde la cultura mediterránea, concretamente desde Andalucía, nos ha llegado otra técnica consistente en conservarlas crudas marinadas en vinagre, gracias a la acción de su ácido acético, los afamados “Boquerones en vinagre”.
Para l@s más anim ad@s aprovechando que estamos en plena temporada, con unas anchoas de calidad y tamaño inmejorables y a muy buen precio, os vamos a explicar cómo prepararlas en casa. Comenzaremos por su sencillez con los boquerones en vinagre.
Boquerones en vinagre. ¡Buenísimos! pero... ¡Ojo! Cuidado dónde y en que condiciones los comemos |
Antes de nada debemos
recordar que la anchoa como otros pescados, en ocasiones, puede tener en sus vísceras un nematodo
parásito, conocido como “Anisakis” que
se elimina al ser cocinada con calor. Cuando las marinamos en vinagre, en
cambio, no se mueren, pudiendo producir
graves alergias. Para evitarlo, las autoridades sanitarias recomiendan congelar el pescado (sin vísceras, ni cabeza)
a -20º durante 48 horas, dos días, antes
de realizar este tipo de preparación.
Preparación que es muy sencilla, consiste, básicamente, en adquirir anchoas muy frescas y de tamaño grande, limpiarlas descabezando,
eviscerando y sacando dos filetes de cada una. Lavarlas en el
chorro de agua dejándolas a remojo en ésta para blanquearlas bien (pudiéndose añadir un poco de zumo de limón para ello). Escurrirlas y congelarlas, lo
que nos permitirá evitar el temido anisakis y poder
conservarlas hasta la víspera de su degustación. Descongelarlas, marinarlas unas horas con un vinagre suave y sal, escurrirlas y añadir aceite aliñado
al gusto (ajo y perejil picados). Este aceite puede ser de oliva refinado, recomendado, o de girasol, preferido por algunos al no hacerse grumos en el frigorífico, lugar donde deben guardarse hasta una hora antes de
su consumo. Para acompañarlas sugerimos
una buena cerveza fresca, vino no debido a la acidez aportada por el
vinagre. ¡Que aproveche!
En contraposición a la sencillez de la preparación de los boquerones en vinagre, la de las anchoas en aceite o “anchoillas” como son conocidas en la zona de Tolosa es compleja, requiere de sitio y recipientes adecuados para la maduración, técnica, tiempo y sobre todo mucha paciencia. Pero no deja de ser un reto para quien quiera presumir de cocinilla. A continuación os resumimos el proceso. ¡Animo y adelante!
Anchoillas en aceite. |
Primeramente nos haremos con un saco de sal gruesa de 5 Kg que nos
servirá para todo el proceso. Ahora, en
temporada una mañana que tengamos tiempo nos acercaremos a la pescadería y adquiriremos 2 kg de anchoas grandes (50/60
piezas) que para hacer por primera vez
serán suficientes. Iremos directamente a casa y las depositaremos como
están suavemente en un barreño, dónde previamente habremos repartido una capa
generosa de sal mezclada con un poco de agua (salmuera).
Las dejaremos en reposo
uno o dos días, tiempo que utilizaremos para hacernos con un balde cilíndrico
de plástico, una tapa circular que la podemos recortar de poliexpan o de madera sin barnizar para que
encaje en el recipiente, una pesa de 3 ó 4 kg para que haga presión (una piedra o
un ladrillo) y en buscar un lugar seco, fresco y aireado donde almacenarlo (el
sótano, garaje, etc.).
Quitaremos las cabezas y
evisceramos las anchoas sin pasarlas por agua, para que no pierdan la flora bacteriana,
que ayuda a una buena maduración. Echaremos en la base del balde una capa de 2 cm de sal, a continuación colocaremos una capa de anchoas, formando círculo con
las colas hacia fuera, luego otra de sal que las tape bien, la siguiente con de
anchoas con las colas hacia dentro, así alternando hasta terminar; la última
será de sal rellenando bien los huecos que pudieran quedar. Encajaremos la
tapa, colocaremos el peso sobre ella para que presione (deje entrar a la sal y salir al
agua sobrante) y la dejaremos madurando (fermentando) durante 6/8 meses.
Durante este periodo
iremos vigilando periódicamente añadiendo un poco de salmuera ligera si vemos
que se secan demasiado o retirando el líquido sobrante, con el fin de que no
queden rancias.
Pasado este tiempo comienza la faena. Sacaremos las anchoas
del balde, las pondremos a remojo en
agua y las iremos lavando en el chorro eliminando la sal y con ella la piel y
los restos de vísceras. Las envolveremos
en paños y las exprimiremos con las manos hasta sacarles toda el agua posible.
A continuación les
quitaremos la espina central, la cola y las rebarbas sacando los filetes y
ayudados con un cuchillo pequeño y mucha paciencia puliremos
la apariencia de éstos.
Esterilizaremos en agua
hirviendo unos botes de cristal y sus tapas correspondientes, los llenaremos de
aceite de oliva refinado 0.4º e introduciremos
los filetes. Cerrándolos herméticamente.
¡Listo!
Recordad al ser semiconserva han de guardarse en el
frigorífico hasta una hora antes de ser consumidas.
En el siguiente vídeo titulado ELABORACION DE ANCHOAS DEL CANTABRICO publicado por la empresa cántabra de Laredo CODESA veréis un compendio de todo el proceso.
En el siguiente vídeo titulado ELABORACION DE ANCHOAS DEL CANTABRICO publicado por la empresa cántabra de Laredo CODESA veréis un compendio de todo el proceso.
A quienes os haya parecido que es muy complicado éste, verlo os habrá servido al menos para conocer la ardua labor que realizan las conserveras artesanales (con mano de obra mayoritariamente femenina) que aunque hayan mecanizado algún paso, como el del secado, el resto lo siguen realizando prácticamente como lo hemos descrito.
Trabajadoras de un conservera de Cantabria. |
En la pescadería hemos seleccionado para nuestros clientes y amigos unos Filetes de anchoa del Cantábrico en aceite de oliva de la prestigiosa conservera de Mutriku YURRITA E HIJOS S.A. de excelente calidad.
Filetes de Anchoa del Cantábrico de "Yurrita e Hijos" |
Las anchoillas pueden degustarse simplemente solas con un bollito de pan, acompañadas de "Langostinos de Ibarra" (guindillas encurtidas) formando una "Gilda", etc junto con un vino blanco tipo txakoli o una buena sidra de Astigarraga.
GILDA del bar Casa Vallés en Donostia (Foto Cocer y Cantar) En Tolosa son tradición en el bar Basarri de la Plaza Euskalerria. |
Aunque en estos momentos no es frecuente vamos a recordar otra forma de conservar las anchoas, las "Anchoas en escabeche"
Descabezamos y evisceramos las anchoas sin quitarles la espina central,las lavamos en agua y las secamos bien. Luego las sazonamos, pasamos por harina y las freímos brevemente en aceite caliente por los dos lados. Reservamos las anchoas ,colamos el aceite y lo pasamos nuevamente a la sartén.
Incorporamos a ésta cebolletas y zanahorias bien picadas junto a un par de de dientes de ajo en entero y una hoja laurel. Salteamos y añadimos dos medidas de aceite y una de vinagre espolvoreamos un poco de pimentón y colocamos encima las anchoas dejándolas cocer a fuego lento durante diez minutos.
Se pueden consumir calientes o frías. Conservándose unos días en el frigorífico.
Anchoas en escabeche. |